8/1/14
Hoy me dio por extrañarte ..
Hoy me doy cuenta del tiempo que hemos pasado lejos el uno del otro… y no me refiero a nadie más que a mi hermana…
Hoy me dio por extrañarte…
Me dio por ver fotos viejas, sonrisas congeladas, recuerdos guardados en el fondo del alma…
Me dio por recordarte a ti, tu presencia, tus chistes…
Me dio por sentir tu ausencia, el vacío que dejaste.
No te has ido tan lejos, porque sólo kilómetros nos separan, pero, me dio por extrañarte…
Son casi dos meses… y no es el tiempo, no. Es el hecho de saber que no sé cuándo nos podremos reunir…
Me dio por ver fotos donde sale la familia completa, cinco personas que formaban un eslabón perfecto e imperfecto a la vez… Familia al fin.
No hay reunión completa, ni donde tú estás ni donde estoy yo. Falta una hermana, la hermana que se fue. Fueron navidades, años nuevos… cumpleaños de aquí y allá… ha sido mucho tiempo.
Hoy… me dio por llorar tu ausencia, me dio por sentir el corazón adolorido… ¿Qué te puedo decir? Me dio por extrañarte.
…
A veces damos por sentado la presencia perpetua de determinadas personas. Damos por sentado que estarán ahí siempre.
Las ves todos los días, a cada rato, en distintas situaciones, y ya te vas aprendiendo los gestos, la cara, la mirada, los tips del trato, la forma en que sonríe o se forma la sonrisa… la lentitud en la que una lágrima baja y corre por las mejillas… La forma de caminar, de bailar… Las morisquetas…
Tiempos que no volverán… y no tienen por qué volver…
La vida es así. Cada quien agarra su rumbo, su camino. Y te pido que sigas caminando porque las metas son individuales… y en la vida hemos nacido para conquistar el mundo, el regalo de Dios…
El dolor y el vacío de la ausencia no se llena ni se pasa… se aprende a soportarlo… Se lleva en el alma…
A medida que pasa el tiempo, guardas el dolor y el vacío de la ausencia en un cajón de tu corazón, y decides no abrirlo más. Y te sientes fuerte y crees que “superaste” la etapa… pero… no sé qué pasa en el ambiente, el sol, la luna, las nubes, que me da, de repente, por extrañar a mi hermana ausente.
Quizás sea que guardé tanto en la gaveta de mi corazón, que el corazón, obstinado y resentido por el olvido, hizo un mini golpe de estado en mi alma, rompió lo que consiguió por dentro… y me dijo: ¡Extráñala! Que ahí ella está, es tu hermana…
Y pasó…
Por eso… hoy me dio por extrañarte…
A sabiendas que estás bien, que estás cumpliendo sueños al igual que yo, que eres una hermosa persona, que sigues superándote, que ando orgullosa de ti, y, sobretodo, a sabiendas que te quiero…
Siempre estás conmigo, en mi pensamiento. Quizás no siempre a flor de piel, pero siempre ahí cuando menos me lo espero…
No es lo mismo ver fotos con sonrisas congeladas, no es igual ya escuchar tu voz por teléfono o leerte en el face, no es lo mismo verte por video en una cámara con un internet de baja velocidad… Al principio sí, porque recordaba todos tus gestos… Ahora, eso no es suficiente, porque quiero un abrazo de consuelo, quiero tus consejos diarios, quiero tus regaños… y también… que tengas miedo de una araña (sonríe… jajaja).
¿Qué te puedo decir, hermanita? Te quiero…
Y sí te preguntas por qué te escribo tan largo después de tanto tiempo, la respuesta es simple y llana: porque hoy me dio por extrañarte…
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